Joya audiovisual, rodada en el transcurso de un año en tres continentes, protagonizada por un reparto multilingüe encabezado por Brad Pitt, Cate Blanchett, Gael García Bernal, Kôji Yakusho, Adriana Barraza y Rinko Kikuchi.
El film cuenta la historia de unas personas a la deriva por las barreras culturales y la imposición de las fronteras. Para el director Alejandro González Iñárritu, hacer esta película ha sido el equivalente a un recorrido transformador. “BABEL cobró vida a partir de la necesidad moral de liberarme y hablar de cosas que me llenaban el corazón y la mente: el dolor que existe en el mundo, en lugares cercanos o distantes, simbolizado por el estudio de tragedias personales”.
"Ha sido como rodar cuatro películas diferentes, intentando sumergirnos en cuatro culturas y no verlas desde un punto de vista foráneo. Para empezar, la logística ya era todo un reto, pero lo más difícil era la parte emocional e intelectual. BABEL no solo era un viaje externo, sino interno."
“Lo mejor de BABEL fue que empecé rodando una película acerca de las diferencias que separan a los seres humanos, las barreras físicas y del idioma, pero en el camino me di cuenta de que estaba haciendo una película acerca de lo que nos une, el amor y el dolor."
“Durante el rodaje tuvimos problemas muy parecidos a los que están en la película; la comunicación no fue nada fácil”, explica el director. “BABEL depende de cientos de personas procedentes de diversos lugares del mundo. Por ejemplo, en el plató de Marruecos se hablaba árabe, bereber, francés, inglés, italiano y español. Incluso teníamos actores de la misma ciudad que no hablaban el mismo idioma; fue todo un reto conseguir que se entendieran”.
La película BABEL, inspirada en la cacofonía de voces humanas que surgió de la torre bíblica, narra cuatro fascinantes historias que transcurren en puntos muy alejados del planeta, pero que de algún modo están unidos.
Todo empieza a partir de un hecho trivial - un turista olvida un rifle de caza en Marruecos – que desencadenará una serie de interacciones personales y globales. Aunque vuelve a los temas de sus dos películas anteriores, 21 gramos y Amores perros, el destino y la interconexión, esta película va más lejos, es un lienzo mucho más grande desde el punto de vista emocional, intelectual y geográfico. “La única razón por la que estas tres películas pueden considerarse una trilogía, aparte de tener una estructura parcialmente coincidente, es porque, al fin y al cabo, son historias de padres e hijos."
“Las auténticas fronteras, más que líneas físicas exteriores, están dentro de nosotros, son barreras del mundo de las ideas. Entendí que lo que nos hace felices como seres humanos puede ser muy diferente, pero lo que nos hace desgraciados y vulnerables, más allá de la cultura, la raza, el idioma o el nivel económico, es lo mismo para todos”, dice Alejandro González Iñárritu. “Descubrí que la mayor tragedia humana es la incapacidad de amar y ser amados, la incapacidad de tocar y ser tocados por este sentimiento que sin embargo es la razón de ser de todos los seres humanos. Por eso BABEL se transformó en una película acerca de lo que nos une, y no de lo que nos separa”.
“BABEL no contesta a la pregunta ‘¿De dónde soy?’ sino más bien a la de ‘¿Adónde voy?’”.